¿De dónde viene la expresión "reloj de pulsera"?
El reloj de pulsera. Todos hemos llevado uno al menos una vez en la vida. Algunos incluso lo llevamos casi permanentemente. Sin embargo, este objeto tan familiar es un invento reciente, un pequeño milagro tecnológico que revolucionó, en su momento, la vida cotidiana de las personas. El reloj de pulsera fue, en cierto modo, el smartphone del siglo XX.
El tiempo: un concepto en revolución
Durante miles de años, el tiempo sólo se midió de forma aproximada. Uno podía orientarse lo mejor posible en el sol y evocaba la duración refiriéndose a una acción (por ejemplo: "terminar esta tarea me llevará el tiempo necesario para ir de la aldea al pozo"). La relojería no apareció hasta el siglo XIV, desarrollada por monjes católicos que querían regular estrictamente su rutina diaria.
Pero lo que cambió nuestra relación con el tiempo fue la Revolución Industrial. En el siglo XIX, las poblaciones urbanas tuvieron que vivir al mismo ritmo: el de las cadencias, las rotaciones y los horarios de los trenes. De repente, se llega "a tiempo", "pronto" o "tarde". Así que los relojes ya no bastan: tenemos que llevar el tiempo con nosotros.
Del prototipo a la distribución masiva
En el siglo XIX, fue el triunfo del reloj de bolsillo, sujeto a una cadena y deslizado en el bolsillo. Sin embargo, la idea de llevar la hora en la muñeca viene de lejos. En 1571, Isabel I de Inglaterra recibió como regalo un "reloj de brazo": un pequeño reloj montado en una pulsera. Pero no fue hasta 1904 cuando el suizo Hans Wilsdorf y el francés Louis Cartier crearon el reloj de pulsera moderno. Destinado a las mujeres, se convirtió rápidamente en un accesorio de moda universal.
Reloj de pulsera : Etimología de un objeto cotidiano
La palabra "reloj" surgió en el siglo XVI. Su origen es obvio: un reloj simplemente "muestra" la hora. Con el tiempo, el término pasó a referirse específicamente a accesorios para llevar puestos. La etimología de la palabra "brazalete" es menos clara: procede del francés antiguo "brac" o "bracel" ("brazo"), del bajo latín "brachialis" o del español "brazalete".